
Insignia AVE del
Expedicionario
Insignia Ave Escuelas Normales


ENS María Inmaculada de Manaure
(Cesar)


Cotorrita pintada de Perijá
El ave que representa la experiencia de construcción de paz desde el territorio es la
Cotorrita pintada de Perijá. Entre sus características en primer lugar destacamos que éste es su nombre común y su nombre científico es Pyrrhura picta caerulescens que al traducir al inglés es Painted Parakeet.
De las Características de esta ave destacamos lo siguiente:
“Perico pequeño bellamente marcado encontrado en el norte de Suramérica.
Principalmente verde con un vientre rojo oscuro y una cola marrón carmesí. Con un
patrón complejo de la cabeza: en su mayoría marrón carmesí oscuro con mejillas pálidas, corona azul y pecho escamado. Se encuentra en bosques, bordes y sabanas, principalmente en tierras bajas y estribaciones. Típicamente visto en bandadas volando rápidamente, también alimentándose de árboles con frutos”.

Rectora
Claudia Patricia Gómez Gómez

Imaginarios sobre la paz
- Entre los imaginarios que se tenían sobre la paz antes de transitar a la construcción del currículo destacamos algunos: se entendí que la paz era un asunto del Estado y de los grupos armados, pero no de las comunidades y de la sociedad en general. Esto obedecía aun segundo imaginario, éste es creer que la paz solo se limitaba a la ausencia o presencia del enfrentamiento armado y no se vinculaba con las condiciones sociales, ambientales, culturales, laborales, económicas democráticas, justicia social, equidad, armonía interpersonal, sana convivencia, cooperación entre personas, familias, instituciones y especialmente la promoción de derechos humanos. Un tercer imaginario se enfocaba en considerar que las víctimas solo eran los directamente afectados, y no pues también son también afectados los miembros del comunidad en un esfuerzo de restaurar el daño. Esto porque desconocíamos sobre el tipo de justicia restaurativa. Un curto imaginario partía de la creencia que las actividades y reflexiones en torno a la paz era un trabajo de “relleno”, por “cumplir” y no para contribuir desde la escuela con la reconstrucción del tejido social fragmentado después de décadas de conflicto armado en Colombia. El quinto imaginario se refería a la idea de creer que la línea de investigación Pedagogía para la Paz, la Verdad, la Justicia y la No Repetición eran reducidas. Este imaginario se debe al imaginario antes mencionado de considerar la paz solo en relación con usencia o presencia de confrontación armada presentado de paz.


ENS María Inmaculada de Manaure
(Cesar)

Cotorrita pintada de Perijá
El ave que representa la experiencia de construcción de paz desde el territorio es la
Cotorrita pintada de Perijá. Entre sus características en primer lugar destacamos que éste es su nombre común y su nombre científico es Pyrrhura picta caerulescens que al traducir al inglés es Painted Parakeet.
De las Características de esta ave destacamos lo siguiente:
“Perico pequeño bellamente marcado encontrado en el norte de Suramérica.
Principalmente verde con un vientre rojo oscuro y una cola marrón carmesí. Con un
patrón complejo de la cabeza: en su mayoría marrón carmesí oscuro con mejillas pálidas, corona azul y pecho escamado. Se encuentra en bosques, bordes y sabanas, principalmente en tierras bajas y estribaciones. Típicamente visto en bandadas volando rápidamente, también alimentándose de árboles con frutos”.
Rectora
Claudia Patricia Gómez Gómez.
Imaginarios sobre la paz
- Entre los imaginarios que se tenían sobre la paz antes de transitar a la construcción del currículo destacamos algunos: se entendí que la paz era un asunto del Estado y de los grupos armados, pero no de las comunidades y de la sociedad en general. Esto obedecía aun segundo imaginario, éste es creer que la paz solo se limitaba a la ausencia o presencia del enfrentamiento armado y no se vinculaba con las condiciones sociales, ambientales, culturales, laborales, económicas democráticas, justicia social, equidad, armonía interpersonal, sana convivencia, cooperación entre personas, familias, instituciones y especialmente la promoción de derechos humanos. Un tercer imaginario se enfocaba en considerar que las víctimas solo eran los directamente afectados, y no pues también son también afectados los miembros del comunidad en un esfuerzo de restaurar el daño. Esto porque desconocíamos sobre el tipo de justicia restaurativa. Un curto imaginario partía de la creencia que las actividades y reflexiones en torno a la paz era un trabajo de “relleno”, por “cumplir” y no para contribuir desde la escuela con la reconstrucción del tejido social fragmentado después de décadas de conflicto armado en Colombia. El quinto imaginario se refería a la idea de creer que la línea de investigación Pedagogía para la Paz, la Verdad, la Justicia y la No Repetición eran reducidas. Este imaginario se debe al imaginario antes mencionado de considerar la paz solo en relación con usencia o presencia de confrontación armada presentado de paz.

Los tesoros que consideramos que le aportan a la construcción de paz desde la Normal de Manaure son pedagogías que han ido surgiendo a partir de las propuestas, proyectos y estrategias por las paces. Estas pedagogías buscan potenciar el pensamiento crítico aliado con la educación de las emociones para una formación más integral y han surgido en el periplo de paces de la Normal, entre ellas destacamos: pedagogía desde frontepaces como espacio de interconexiones pedagógicas, investigativas, afectivas que busca la reincorporación de todos; la pedagogía de aves o “música de alas” como pretextos para indagar las verdades y nuevas miradas en el territorio inspirados en el mosaico metodológico de Escuela de palabras (20l9); la pedagogía de la interrogación contextualizada que anime procesos de investigación dentro y fuera del aula; la pedagogía de una esperanza crítica y la pedagogía apreciativa. Todas ellas para desnaturalizar las violencias y anidar el cuidado de la dignidad; favorecer prácticas restaurativas, cultura de la verdad, democratización y la no repetición de violencias en el contexto escolar, familiar y otros.

De los sentidos recuperados para esta reconstrucción de la experiencia en clave currículo por la paz podemos señalar los siguientes: Un primer sentido muestra como la Normal se constituye en una seña identitaria formativa, investigativa, pedagógica y socio cultural; un segundo sentido tiene que ver con las comprensiones del conflicto desde la experiencia de ser maestro caminantes por las paz; un tercer sentido está referido a la interpelación de las prácticas y discursos machistas en la cotidianidad comunitaria; el cuarto sentido, alude al “horizonte de expectativas” como una metáfora para nombrar lo que se piensa, escribe y sueña. Este concepto es tomado de los trabajos de estudiosos de la memoria como son:
Koselleck (1993) y Hellín (2002) citados en el trabajo de Cesar López Cruz (2018); el quinto sentido es el de la resistencia por un mundo más plural en el que todo sin distingos puedan estar juntos.
Los cinco sentidos anteriores dialogan y ayudan a construir los significados en esta
reconstrucción desde nuestra apuesta de paz. Estos significados tienen que ver con las memorias compartidas, la educación para las verdades sin absolutismos, elogio de los conflictos como pretexto para transformarlos desde apuestas éticas políticas y estéticas, la incidencia por círculos y prácticas restaurativas en la vida escolar y cotidiana, las paces ligadas al cuidado del sí y del otro, la convivencia armónica con la naturaleza, la garantía de los derechos y libertades y la ciudadanías y movilizaciones sociales para atender las crisis comunitarias y planetarias.

Los conceptos identificados en la construcción de un currículo para la Paz que a continuación detallamos resultan de varios trabajos previos a este de miembros de Ubuntu, Grupo de investigación para las paces, de los trabajos previos destacamos: la PICI después del diplomado (2020), el documento de trabajo elaborado por uno de los miembros de Ubuntu que hace parte del escenario de educación para las paces y del proyecto en curso que adelanta Ubuntu título “Pedagogía socioemocional, formación docente y ciudadanía: experiencia río”. Teniendo en cuenta lo anterior los conceptos
identificados son los siguientes:
Paces, tiene que ver con la idea de construcción colectiva y política que concibe la paz no solo como la ausencia de enfrentamiento armado, sino por la insistencia de estar ligada al respeto por la naturaleza, a la vida, a ser diferentes, a la educación, salud, a tramitar los conflictos (inherente a la condición humana) desde salidas dialógicas y argumentadas, es decir, son varias formas en las que se construye paz sin desconocer los diversos conceptos de paz “negativa” y “positiva (Galtung, 1969); “sostenible” (Lederach, 1997; entre otras.
Verdades, nos apoyamos en los artículos de Yunis y Cortés (2020), en la Propuesta de Incidencia Curricular en clave de Paz diseñada y ejecutada a la fecha por algunos miembros de este escenario y en un artículo publicado (Campo, Castro y Jaimes, 2020 y 2021 respectivamente). En estos textos se concibe este concepto en plural y como “bien público” o como una verdad que incluya diversas miradas o voces.
Ciudadanía crítica, si bien hemos tenido en cuenta la idea de (Mockus, 2004) en tanto habla de pensar en el otro incluso en el que está por nacer y en las relaciones del ciudadano con las normas del Estado, también vimos necesario ir más allá de esta mirada en función del sistema económico imperante hacia una apuesta crítico y auto-reflexiva para el ejercicio de una ciudadanía interrogadora (Tovar y Reyes, 2015).
Movilizaciones, surgió al pensar en diversas movilizaciones humanas y que por diversas razones toman diferentes nombres, en general coinciden en ser movimientos permanente o transitorio sucedidas en el marco del conflicto armado colombiano para salvar la vida:
así encontramos desplazamiento forzado (Montoya, 2015); migración desde Torres Falcón, Marta. (2012) o las que resultaron en nuestro país del ejercicio de ciudadanías críticas que denuncian o piden restauración de Derechos Humanos vulnerados y conduce a movimientos como Madres de Soacha fundada en 2008 por madres de hijos asesinados por fuerzas militares del estado colombiano o falsos positivos y en el reciente estallido social 2021 se configuraron movimientos como “Primera línea” y “Madres de la primera
línea”. Esto sin olvidarnos del exilio y que en el Informe de la Comisión de la Verdad (2022) dedica uno de sus capítulos, “La Colombia fuera de Colombia”, a visibilizar al casi millón de Colombia que debieron de salir del país.
Socioemocionalidad, desde Rubio (2021), cuya idea nos resulta interesante y coherente con la apuesta de paz en la Normal desde diversos escenarios porque le concede importancia a la relación entre teoría y práctica de la educación para el pensamiento crítico sin descuidar las emociones.
Formación docente, que según Campo y Restrepo (2000) se relaciona con el que hacer de los maestros (investigativo, científico, ético y evaluativo) el cual ayuda con la fundamentación de su práctica pedagógica y favorece los aprendizajes de manera integral. Esto coincide con las directrices legales (Decreto 1236, 2020, sección 1 y Ley 115 de 1994, Capítulo 2, Artículo 109).
Convivencia escolar, que al revisar la política pública nos lleva a la Ley 1620 de 2013, la cual propone políticas en torno a la preventividad, promoción, ruta de atención, gestión y resolución de conflictos sin violencias. Lo que dialoga con los tres enfoques (género, derechos humanos y diferencial) y el favorecimiento de las competencias ciudadanas de las que habla la Guía 49 (2020) del MEN. Estos tres conceptos los hemos desarrollado a través de prácticas socioculturales discursivas del lenguaje y de las artes.
Lenguaje, lo asumimos desde una mirada del maestro Freire (2006) en la que dichas prácticas (oralidad, lectura y escritura) establecen relaciones que surgen por la capacidad y necesidad social de los seres humanos por expresar a través de símbolos sus sueños, miedos, esperanzas e ideas. Estas prácticas son acciones y reflexiones vivas, diversas, dinámicas, situadas en momentos y espacios concretos y que implican la cotidianidad y los saberes que particularizan los territorios.
Construcción de democracia, para la que nos apoyamos en Zuleta (1991) quien insiste en garantizar espacios para la participación y conocimiento de los derechos humanos.
Arte, que desde Echavarría (2020), éste sensibiliza hacia la solidaridad y el respeto por los otros desde sus particulares lenguajes dado que los artistas mantienen contacto con la vida interior y al expresarse contribuyen a que otros puedan sanar y transformarse, es decir, esa toda la diversidad de saberes, textos, contextos a través del arte es una buena oportunidad porque como bien dice Martínez (2005) nos permite “tomar conciencia de nuestra fragilidad y abrirnos a la diferencia y a la diversidad que enriquezca la pluralidad de maneras de ser humanos” (p.19).

De los aprendizajes vitales logrados en la deconstrucción y reconstrucción del currículo podemos anotar los siguientes: fue necesario pedagogizar sobre el conflicto armado en Manaure para comprenderlo y luego mirar qué se podía hacer pedagógicamente en el aula, transitar y transformar dichos conflictos a formas más creativas.
El inicio de este trabajo de estas narrativas dentro y fuera del aula generaron impresiones diversas: temor, resistencia, pero también empatía y compromiso. Muchos de estos miembros expresaron que por una u otra razón desconocían las realidades o estaban cegados por sus temores, miradas, perspectivas, ideologías respecto al tema. Reconocer las víctimas, los períodos y tipos de afectación que el conflicto armado dejó en Manaure fue un aprendizaje clave.
Por último, destacamos que el lenguaje y las artes son claves en la tarea de pedagogizar la paz. Visibilizar los productos o logros alcanzados en los procesos motiva o llena de razones a otros para querer integrase al grupo trabajo por la Paz en la escuela.
Como Ubuntu hemos aprendido que trabajar paz implica deponer las ideologías o visiones de mundo que permitan generar círculos solidarios en torno a problemas comunes: el agua, la calidad del aire, la conservación de los recursos, una cultura por la soberanía alimentaria; Mayor apertura de mentalidad al reconocimiento de las transformaciones sociales, políticas, pedagógicas y culturales que requiere la escuela en vínculo con el territorio y Reconocimiento como víctima a partir de los aprendizajes vitales: acuerdo de paz, tipos de justicia, cultura de la verdad, memoria.